Roberto Poli
Relaciones entre cadenas musculares, sistema miofascial y meridianos tendinosos.
Cadena muscular anterior medial:
Predominio de cifosis estática posterior, dificultad para crear lordosis lumbar y extender la cadera; puede crear retrasos en la adquisición de la marcha y la interacción con el mundo exterior (meridiano del estómago).
Cadena medial:
Hiperlordosis posterior, marcha acelerada, ansiosa, hipertonía de los músculos paravetebrales y de la cara posterior de muslos y piernas (meridiano de la vejiga urinaria).
Cadena anterolateral: Contracción de los músculos de rotación interna, tronco y extremidades (meridianos de estómago e intestino grueso)
Cadena posterolateral:
La rotación externa del tronco y las extremidades puede provocar problemas de luxación de los bíceps largos, debido a la hipermovilidad del hombro en una espalda cifótica (meridianos de la vejiga urinaria y del intestino delgado). Cadenas posteroanterior y posterior: Están bien equilibradas en cifosis o lordosis, pero hay dificultad en la rotación del tronco, columna y extremidades.
(meridianos de vejiga urinaria, intestino delgado y vesícula biliar).
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Roberto Poli
La forma corporal (xing) representa simbólicamente en el cuerpo la consecuencia inevitable de nuestra vida, de nuestras alegrías, de victorias y derrotas, de tragedias durante toda nuestra existencia (tanto a través de posturas estáticas como dinámicas). Se inscriben así memorias verbales, que son objeto privilegiado del estudio de la Tuina, la Kinesiología aplicada a la medicina china, la Osteopatía, el Shiatsu. Los meridianos tendón-musculares (o músculos meridianos, jin jing), constituyen una estructura, una verdadera envoltura física y energética que subyace a nuestro estado mental, el conjunto de emociones expresadas o contenidas, gestionadas a través de estructuras sutiles precisas, con repercusiones en la sangre. (xue) y en el weiqi, como reacción postural y emocional de movimiento instintivo ante cualquier estímulo. Esto condiciona la forma del cuerpo y su movimiento de forma incesante, favoreciendo o inhibiendo la acción de determinados músculos y cadenas musculares. Pensemos en la relación experiencia-postura-patología miofascial de las escuelas de Metzier, Souchard, Lowen, etc., que, llegando a posteriori en el tiempo, devuelven la confirmación de los recorridos de los diferentes meridianos, de sus uniones y de los distintos puntos. Además, se identifican las diferentes «temperaturas emocionales», como la ira que calienta o el miedo que congela, la indecisión y la rumiación «húmeda» que pesan, la atracción que se abre, el deseo con diferentes acciones centrífugas y centrípetas, el resentimiento que daña la espalda, y la culpa el pecho y de la respiración, al no poder moverse libremente. Así se resaltan las tensiones del movimiento en el cuerpo, con predominio de las emociones, temperaturas, pensamientos, gestión energética, haciendo visible una ganancia de energía o un agotamiento de esencia vital.
El ojo del operador no se limita así a ver formas, líneas y geometrías, sino que las traduce en expresiones de sangre, movimientos internos, temperaturas, que en la obra maestra humana viva y no escultórica encuentran confirmación en la palabra expresada, en los conceptos y en los sistemas de creencias personales, en la elección del idioma, en el timbre de la voz, en la respiración, en la familiaridad, en el entorno experimentado y mucho más.
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