¿Cómo solucionar la rigidez en el cuello?

El hombre se expresa a través de expresiones faciales.

La cara y el cuello tienen muchos músculos, que se utilizan frecuentemente para expresar nuestras emociones y sentimientos.

Por esta razón pueden surgir muchas tensiones.

Cuando la tensión se produce de forma constante, se crean contracturas también llamadas “Anillos de Armadura” alrededor de la cara y el cuello.

Así los definió el Dr. Wilhelm Reich, psicoanalista e investigador, quien destacó la importancia de liberar los segmentos de la cara y el cuello, estrechamente vinculados a la expresividad.

La acupresión Jin Shin Do® estimula la relajación del cuerpo.

Esto induce al redescubrimiento de sensaciones que estimulan un estado de mayor equilibrio energético, que a su vez se refleja a nivel físico.

Los meridianos de energía y sus ramas fluyen por el cuello, lo que lo convierte en un indicador importante del estrés mental y del grado general de tensión o relajación.

La tensión de este distrito indica emociones como preocupación y obstinación, ira, miedo y tristeza.

En nuestra sociedad occidental, a menudo no se acepta abiertamente expresar nuestras emociones.

Para controlarlos debemos controlar nuestra respiración: a nivel físico se produce endureciendo el diafragma y en cascada, el pecho, las cuerdas vocales y finalmente el cuello.

Al endurecer los músculos del cuello, reprimimos las emociones, mientras que el movimiento natural de las energías emocionales sería expresarlas.

El dolor de cuello puede ser causado por un problema físico.

Pero en la mayoría de los casos tiene un origen profundo, puramente emocional.

Muchas veces, este trastorno es causado por factores climáticos externos como el viento, el frío, la humedad, etc. que en la Medicina Tradicional China antiguamente eran definidos como “Los Seis Perversos” o “Excesos Climáticos”.

El propósito de un tratamiento de acupresión Jin Shin Do®:

Se trata de restablecer el equilibrio energético y en consecuencia el físico y muscular, mediante presión en los puntos del cuello donde más se manifiesta el desequilibrio energético, que muchas veces corresponden a los puntos dolorosos.

Mediante una presión ligera y constante se obtiene una resolución válida del problema, con alivio inmediato y prolongado en el tiempo.

Evidentemente es necesaria una especie de «reeducación funcional», mediante la adquisición de conciencia, que conduzca a una correcta expresión de las propias emociones.