SHIATSU Y BIENESTAR

Experiencias recientes han confirmado que el shiatsu tiene un efecto positivo en la resolución de problemas relacionados con el mal humor, la tensión y la inquietud por exceso de estrés.[1]

Esto se deriva de cómo abordamos la vida y de la percepción y posterior evaluación de los acontecimientos que vivimos.[1]

La importancia que damos a nuestros problemas está directamente relacionada con nuestro estado de ánimo interno y cómo este se manifiesta externamente con nuestras acciones y nuestras implicaciones interpersonales.[1]

Los tratamientos de Shiatsu tienen una valiosa influencia positiva no sólo desde el punto de vista físico, sino también en cuanto al bienestar psicológico.

Varios estudios encuentran mejoras significativas en la inquietud y los valores del estado de ánimo en las personas tratadas, ya sea que se hayan realizado tratamientos energéticamente estimulantes o relajantes.[1]

Las presiones ejercidas durante el tratamiento estimulan la producción de endorfinas y otras hormonas que tienen conocidas propiedades analgésicas y antiinflamatorias.

Estas presiones se aplican sobre caminos energéticos definidos como «meridianos» y, en particular, sobre ciertos puntos llamados «tsubo», conocidos desde hace miles de años en la Medicina Tradicional China y que también se utilizan en la práctica médica conocida como Acupuntura.

Los puntos de presión sobre los tejidos fueron estudiados en Japón en 1964 por el Dr. Katsusuke Serizawa, quien descubrió que eran sustancialmente diferentes de todos los demás puntos del cuerpo.

Según la investigación del Dr.Serizawa, los tsubo tenían una baja resistencia eléctrica, con valores de 1/100, en comparación con el área circundante y su índice de refracción era totalmente diferente al de los puntos circundantes.[2]Las diferencias entre las propiedades físicas se demostraron posteriormente con la ayuda de investigaciones como imágenes infrarrojas, estudios de ultrasonido, fotografías térmicas con tecnología de cristal líquido y el uso de radiología de diagnóstico, como la resonancia magnética nuclear (RMN). ).[2]

Los meridianos desarrollan su recorrido a través de la red de tejido conectivo, que tiene una composición fluida propia, en continuo desarrollo y movimiento no sólo en un sentido trófico, sino por su marcada característica de transmisión de información bioquímica por todo el cuerpo.[2]

Se pueden considerar como una especie de vaina acuosa, inmersa en el tejido conectivo, que contiene la energía captada por las cadenas moleculares, detectables por las señales electromagnéticas ilustradas anteriormente.[2]

Todo esto pone de relieve la evidencia de la teoría de campos de calibre cuántico (QFT), con ruptura espontánea de la simetría.[2]

A raíz de perturbaciones externas o endógenas, como variaciones de potenciales eléctricos o de corrientes iónicas, se pueden crear alteraciones eléctricas moleculares y, dado que los meridianos están asociados a los flujos de energía de nuestro cuerpo, también están conectados a la bioenergética de las células.[2]

Nuestra piel tiene estos puntos específicos en los que se puede influir en el flujo de energía e información.[2]

Podemos considerarlas como «puertas» de acceso para tratamientos de contacto e interacción psicofísica como el Shiatsu, donde con la acupresión se ejerce un estímulo mecánico que produce una reacción bioquímica rehabilitadora en todo el sistema conectado.

De ello se deriva una utilidad inmediata, pero sobre todo de carácter preventivo frente a innumerables trastornos a los que está constantemente sometido nuestro sistema cuerpo-mente.

Referencias:

[1] Koers.K. : Shiatsu y bienestar mental-Un artículo de blog de estudio; http://fumana.de/b estudio-shiatsu

[2] Modelado de meridianos en la teoría cuántica de campos;

Larissa Brizik, Instituto Bogolyubov de Física Teórica, Departamento de Teoría de Procesos No Lineales en Sistemas Condensados, Kiev, Ucrania – Instituto de Tecnología de Wessex, Ashurst, Southampton, Reino Unido.

Enrico Chiappini, Osteópata, Centro de Estudios Eva Reich, Milano, Italia.

Patrizia Stefanini, Instituto Europeo de Shiatsu, Nextcare, Firenze, Italia.

Giuseppe Vitiello, Universidad de Salerno e Instituto Nacional de Física Nuclear (INFN), Departamento de Física “E.R.Caianello”, Salerno, Italia.